El arte está en todas partes en Es Racó d'Artà. Hoy nos dedicamos a un artista muy especial cuyas obras puedes ver y sentir en distintos puntos de este mágico lugar. Se trata de Hiroshi Kitamura y nació en Hokkaido (Japón) en 1955. En el 2012 se instaló junto con su compañera Marta en Camallera, un pequeño pueblo del Empordà. Su último recorrido en busca de las raíces del mundo rural.
"Exactamente la mitad de mi cuerpo y de mi vida está en Japón y la otra mitad está aquí, así que es completamente híbrido. La sensación de estar dividido puede provocar a veces un conflicto en mí, pero a veces también puede hacer cosas positivas para mí. La madre, la lengua, la cultura a la que pertenezco es japonesa. Hay sensaciones que no se pueden trasladar exactamente. Mis moléculas tienen el recuerdo de allí, pero también busco la cultura de aquí. No me interesan las diferencias (que son miles), sino las cosas que tenemos en común. Por ejemplo, la tristeza es un sentimiento común, aunque tenga causas diferentes.“
A pesar de su formación académica como escultor y grabador, es más bien un artista autodidacta, porque una vez que alcanza los límites de la técnica, no intenta superarlos, sino que busca su propio camino. Hiroshi utiliza los materiales que tiene a su disposición para crear. Lápiz, tierra, cemento, titanio lux, pigmento, cola, papel, betún. Rescata de una tala, un temporal o una fogata lo que los demás desechan, consiguiendo que, tras pasar por sus manos, adquieran una nueva vida, más allá de la forma. Nunca sabe lo que encontrará porque “Son los materiales los que me encuentran a mí. Los bosques están llenos de vida. Me acerco a los materiales rotos, podridos, húmedos. Frente a ti siempre hay elementos -troncos, ramas, piedras, musgo…- con los que, como en el Ikebana, pue-do transformar en una composición que finalmente tenga el lugar que ocupa en el espacio. Los huecos o vacíos que deja son elementos fundamentales en la percepción global”. Elige el material muy concienzudamente, elige todo lo que es accesible, alcanzable, cercano, no elige algo especial, sino lo que rodea su hábitat. Sin necesidad de buscar más allá de lo que está aquí y ahora.
"Todas estas maderas o ramas nacen aquí, pertenecen a esta tierra. Por eso las utilizo. Es materia orgánica de esta tierra, y hay algo que se filtra y atraviesa, en ese sentido. Es una rama que tiene su vida. Ya está seca o muerta por la poda, pero su flexión ha sobrevivido. Su flexión tiene una causa, como la vida de una persona. No es lineal, se ramifica, se cruza conmigo, sale un brote, nace otro camino, busca el sol, busca otras cosas.... Hay otro camino. Converso con cada rama y la admiro. Esa es la forma en que me relaciono con el material de mi obra. Es una relación muy profunda. Mi sentimiento es como esta materia vegetal que tiene el poder de la vida y su belleza. Una vez que creo una obra, ya no me pertenece".
Fotos: Astra Liebowitz, Jean-Marie Del Moral, Hiroshi Kitamura